Que la enfermedad de Parkinson puede padecerla un/a joven de veintiún año, parece un sinsentido, en todo caso, increíble.
Los que particípanos en las asociaciones de afectados y estamos viviendo la realidad de la enfermedad, también nos quedamos atónitos ante tamaña desproporción. El cliché, viejecito temblando, ese, señores ya ni se ve. Ahora, la medicación hace que algunos síntomas no se aprecien pero, cada afectado, podría ir enumerando el rosario de síntomas que le afectan y que aunque, con caras estupendas y cuerpos aun jóvenes, estamos sufriendo una enfermedad que nos invalida para la realización de tareas, tanto manuales como mentales.
Cuando nuestro cerebro, ante la falta de la dopamina, se ralentiza y en consecuencia, nos quedamos, en esta sociedad de objetivos, sin llegar a ningún objetivo, entonces sabemos que es el Parkinson.
El sábado día 17, nos reunimos en la Asociación Parkinson Valencia, dentro de programa dirigido a los afectados menores de 55 años. La concurrencia fue apreciable, mayor que en otras ocasiones, ya que se daba por inaugurada la nueva época del programa Apropa´t. La presentación de cada uno de los participante, dio a conocer cual era la situación de cada uno, pero, aun, claro, sin profundizar. Falta un tiempo, y cada nuevo participante se toma el necesario.
La experiencia de los que ya llevamos dos años en el programa, es sin duda, favorable. Tan solo haber conocido a cada uno de los participantes, ha sido, una gran terapia personal. El contar con alguien que esta en tu situación, sus experiencias, sus miedos y sus armas para combatirlos, son, han sido una ayuda, para cada uno de nosotros, y la verdad no tiene precio.
Y que raro, no?. Todos amigos?. Pues mire Ud. Sí. No sé que pasa pero hay afinidad.
El día de los Santos Inocentes, fue un día de campo, ya que, nuestra visita fue Lliria. Y allí esta el parque de san Vicente. Pinos, agua, ardillas, aire puro.
Sesión de billar, afición de Pepe y que J. Ramón aprovecho para recordar su tiempos mozos.
Y donde hubo, sigue habiendo.
La sala de billar se lleno, ya que, los que por sus compromisos no habían estado a la hora fijada, coincidieron a esa hora. El número de ocho, ya es un buen grupo. Las conversaciones a dos o a tres, conociendo cada uno al otro/s.
Comida perfecta en el restaurante Siglo XXi. Entradas y arroz con setas y solomillo. Dulces, café y cava. Cava de Tomas para mojar sus 54 años.
Despedidas y cada uno a su casa.
Yo lleve a Tomas a su casa. Pero antes el me indico claramente, donde estaba la dichosa estación de Pintor Sorolla. Tenia que adquirir mis billetes para el viaje a Lleida de esta próxima semana. Y en la puerta de casa lo deje, contento y feliz de tener una edad en la que ya se sabe casi de todo.
- -- Adeu Tomas. Cuídate. Cuidado con el escalón. No se que querias decir con lo de la dama de honor.
De este día, seguro que cada uno lo cuenta como una buena experiencia y la sensación de haber conocido a unos nuevos amigos. Seguro. Había buen ambiente. Esa era la frase.
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